sábado, 26 de junio de 2010

La pasión del creyente

Leer 2 Timoteo 1:1-11




Un fuego no puede mantenerse ardiendo si no es alimentado. Igualmente, el fervor de un creyente puede apagarse si es descuidado.

Los creyentes nuevos comparten su fe de manera apasionada, y experimentan el gozo y la paz de Dios. Pero ese celo puede evaporarse sin querer. Por 1 Timoteo 1:6, 7, podemos ver que Timoteo dejó que la llama de su fe se redujera un poco.

Los cristianos pueden experimentar un “enfriamiento” por varias razones. Cuando golpea una tragedia, la persona puede sentir que sus oraciones no fueron contestadas, y que a Dios no le importa. Si por esa razón ora menos, será fácil apartarse del Señor. Otras veces, los creyentes pueden descarriarse porque son desviados por las prioridades del mundo; el entusiasmo de Timoteo menguó por las mentiras de los falsos maestros y por el temor. No importa cuál sea el motivo del enfriamiento, Satanás es la causa fundamental; al apartar a los cristianos de su devoción a Dios.

El alejamiento del Señor puede ser sutil y difícil de detectar. Hay seis preguntas que pueden ayudarle a saber si su entusiasmo por Dios se mantiene firme:

1. ¿Siente gozo en el Señor y el deseo de servirle, compartir el evangelio y ayudar a quienes padecen necesidades?


2. ¿Dedica tiempo a la lectura de Biblia?


3. ¿Ora, sabiendo que Dios obra en su vida?


4. ¿Asiste fielmente a la iglesia, y diezma?


5. ¿Tiene gozo, paz, y esperanza en Jesús?


6. ¿Se mantiene firme en sus convicciones?

Si no puede responder “sí” a la mayoría de las preguntas, es posible que su fuego esté disminuyendo. Confiésele esto al Señor, y pídale Su ayuda para que Él le avive la pasión.